Las técnicas son medios de comunicación, expresión y representación. No hay técnicas femeninas ni masculinas ni sexuales ni asexuales, como tampoco hay técnicas de arte o de diseño. Las técnicas son técnicas. Si los materiales y los procesos con los que se hacen las técnicas respondieran a facultades o asignaciones entre sexos, las mujeres y los hombres no serían de la misma especie, pues bastaría con las cualidades biológicas para establecer capacidades diferentes entre ellos. El lápiz puede ser empleado por un hombre y una mujer sin diferencia alguna más la que hace la expertise humana a través de la experiencia. Si las distinciones entre sexos fueran determinantes y exclusivas, también lo deberían ser las edades de las personas, el color de su piel, su estado de salud, su origen geográfico o su condición social. Las diferencias entre los seres humanos no son sólo sexuales o por su género y no tendrían por qué reflejarse en los materiales y en los procesos.
La disposición o aplicación de algunas técnicas para determinadas disciplinas es resultado de una particularizacion propia del desarrollo, historia, tradición y cumplimiento de sus productos. Y lo que hace de varias técnicas un uso y aplicación en varias disciplinas es respuesta a una factibilidad y adaptabilidad en cada una de ellas, a las que se suman los factores particulares. Los factores biológicos y evolutivos intervienen en ciertas distinciones, pero no son anteposiciones al hecho inefable de la especie. Lo que son capaces de hacer las mujeres respecto de los hombres, o más bien, lo que distingue las facultades de las mujeres respecto de los hombres y viceversa es parte de su naturaleza evolutiva como especie y parte de sus cualidades físicas inherentes, que no son de ninguna manera fundamentos ideológicos, sino científicos.
Lo que hace que lo que se representa tenga una tendencia sexual o gremial son los contextos y los contenidos. Si un grupo sexual elige una técnica particular eso no hace al material y al proceso sexual o gremial; hay identificación y condiciones, en donde entra la moda, el presupuesto y las normativas. Los aspectos representativos son también indiferentes a una identidad, aún cuando se han posicionado por consenso algunos elementos identitarios, como el color rosa para lo femenino, lo azul para lo masculino.
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