jueves, 8 de noviembre de 2007

LÍNEA DE INVESTIGACIÓN: SOBRE LA INTENCIÓN DEL PROYECTO “CITY GATE”

Nuestra realidad, ahora más que nunca, es más tangible: se respira; y en ese afán de notificar su situación, percibo elementos que me parecen interesantes y que son en todo momento identificables en la vida cotidiana. La vida citadina engloba todo aspecto relacionado con la situación del hombre moderno, y en donde los caracteres propios de un espacio y de una estructura social, son siempre determinantes para la historia y el cause de sus situaciones; la cotidianeidad representa en todo momento el flujo del devenir de las acciones y las interrelaciones entre las personas; y en las ciudades, la retícula que determina parámetros de comportamiento es siempre metódica y al mismo tiempo improvisada: existe una especie de estructura que soporta socialmente el comportamiento de las personas, y define de manera determinante la respuesta a desavenencias individuales y colectivas.

Por lo anterior y para resaltar lo que emotivamente me invita a explorar artísticamente lo que puedo representar en torno a la ciudad, he considerado en primera instancia el término “City Gate” como el umbral que invita a apreciar lo que es cotidiano en la ciudad, y en donde el proyecto gráfico – experimental implica en sí mismo una continuidad al quehacer artístico que antecede a mi desarrollo profesional; y en donde reconozco una gran planicie de exploración predispuesta a la propuesta, la innovación y a la visión introspectiva.
El proyecto consiste en la elaboración de un número indeterminado de libros de artista, no menor a diez (esta indeterminación supedita cierta intencionalidad de resultados en cuanto a número, que se encuentra obviamente justificada por el tiempo disponible de elaboración), y en donde trataré esquemas que visualmente son inexorablemente reconocibles en los espacios citadinos: la calle, el tránsito, las luces en la noche, las tiendas comerciales, los escaparates, el hombre de negocios, los espacios seccionados, la prostitución, el comercio ambulante, las noticias en la televisión, etc.

Dichos libros de artista son creados como sustento de elaboración al grabado tradicional, por lo que los caracteres gráficos, expresivos y el gran soporte tradicional que los respalda en la historia de la producción de libros, merecen valorarse tanto en un sentido ciertamente plástico y gráfico, como en su aportación experimental y propositiva para el diseño editorial. Y esta parte experimental con el uso de materiales y procedimientos de manufactura no convencionales, es característica casi intrínseca en la creación de libros de artista. Dicho proyecto está dividido en series, la primera constituye temáticamente una propuesta visual sobre el espacio en las tiendas comerciales y los escaparates de ropa y accesorios, denominada como “Fashion test”: aludiendo a un slogan de la tienda comercial Liverpool. Los maniquíes, la ropa, las luces de los aparadores, la escenografía predispuesta, la ropa de temporada, los zapatos, las escaleras eléctricas, los rótulos que señalan ofertas o precios, etc. Constituyen visualmente la esencia de esta serie.
Para el arranque en su realización, he contemplado en primera instancia y para el marco referencial, obviamente la visita a estos espacios y el registro fotográfico como instrumento de apoyo en colaboración con el fotógrafo Arturo Rogel. Me interesa retomar de las fotografías la esencia de lo que se percibe en primera instancia acerca del consumo y del entorno que la publicidad y el estatus generan como parte de la vida del hombre moderno.
He considerado otro tipo de material al fotográfico recopilatorio: revistas, catálogos y folletos, que serán utilizados ocasionalmente para complementar, ya al momento de su desarrollo, la información de apoyo visual y el marco referencial. Los materiales y técnicas responden a una necesidad expresiva que previamente ya he visualizado para complementar el carácter del libro. El uso de la tipografía tiene dos intenciones: una es utilizar el contenido de las palabras o frases para acentuar la narrativa del libro; y otro es utilizarla como complemento visual al resultado gráfico del mismo.

viernes, 2 de noviembre de 2007

La dobe mirada-sobre la intenciòn del proyecto City Gate y algunos antecedentes

“LA DOBLE MIRADA”
SOBRE LA INTENCIÒN DEL PROYECTO CITY GATE Y ALGUNOS ANTECEDENTES


Si bien en México ha sido difícil considerar en el quehacer profesional que las Artes Visuales y el Diseño Gráfico pueden en un momento dado generar ambiguamente para uno o para otro, un producto cuyos valores estéticos y funcionales no son necesariamente entes ajenos, es propiamente cuestión de criterios, en donde la ignorancia y la necia y al mismo tiempo absurda idea del antagonismo, no permiten ni considerar los antecedentes que ambas disciplinas han compartido durante siglos, ni abrir el paso a nuevas propuestas e ideas que en nuestros días son más abiertas aún a la libertad artística y de expresión. Y esto viene a ser tan sólo un breve preludio de lo que es la situación de ambas disciplinas en su realidad inmediata, ya que es perfectamente comprensible que la formación y el contexto que determina el oficio son distintos, pero en México no ha sido aún considerado el carácter que implica relacionar ambas disciplinas no como una sola, sino como un complemento para ambas; ejemplo claro de esto es Vicente Rojo, quien encarna en México la ambigüedad del arte y el diseño: “La memoria de Vicente Rojo es una manera de desdoblar la mirada: de abandonar, por un lado –en una orilla, en un doblez-, la mirada de todos los días y de todas las horas, y, por otro lado –en un pliegue distinto, desconocido para los ojos cotidianos-, de crear el espacio para nuevas experiencias visuales” (1).


Nuestra realidad, ahora más que nunca, es más tangible: se respira; el Arte se nutre del Diseño para llegar a las masas, para explorar sus herramientas, para convertirlas en obra de arte… El Diseño, mientras tanto, matiza su producto, lo decora y estetifica su imagen, lo convierte en un escaparate de minucias… Para el arte, el cartel, la postal, el logotipo y la página Web son instrumentos de trabajo, que reestructuran sus intenciones (siempre artìsticas); para el diseño el espacio mural, el desnudo, la gráfica y el volumen, son instituciones que publicita y reivindica en panfletos, revistas y espectaculares. No existe a ciencia cierta una verdad absoluta sobre la separación de ambas disciplinas, pero existen millones de formas de hacerlas coexistir.

Otro ejemplo de tal simbiosis es la tradición que antecede a la ilustración mexicana, tan sólida y nutrida de ejemplos: Gabriel Fernández Ledesma, Miguel Covarrubias, Carlos Alvarado Lang, Diego Rivera, Alberto Beltrán, Leopoldo Méndez, Francisco Moreno Capdevila, Francisco Díaz de León y muchos más, todos ellos artistas plásticos, en su mayoría grabadores, que encontraron en el medio editorial, el espacio adecuado a su expresión gráfica, y que reconocieron en su momento y afortunadamente, que tal convivencia de las disciplinas siempre genera propuestas innovadoras. Y si bien en la actualidad la ilustración como disciplina no se realiza en su mayoría por artistas sino por diseñadores, caricaturistas, arquitectos y aficionados, sigue siendo una forma que permite expresar y considerar al libro y a la revista como un espacio plástico. La producción de libros y revistas en la actualidad, es para beneplácito de quienes los producen, muy numerosa y constante; y para quienes perseveran en trabajar con medios tradicionales es doblemente reconfortante, porque las nuevas tecnologías no han desplazado a las antiguas y eso habla del valor que se le ha adjudicado a las técnicas y recursos tradicionales, y por ende, a quienes los utilizan; yo mismo me he beneficiado de esto: he realizado algunas ilustraciones promocionales y para libros y revistas con grabado al buril, y la relación con las editoriales, escritores y diseñadores ha sido muy placentera y bien planificada, y los resultados dignifican de alguna manera lo que hago y me permiten explayar, una vez publicados, el valor que aún permanece ( que es insustituible) con toda esta tecnología de por medio.

Y ya que estamos tratando aspectos sobre el libro, podemos reconocer que su producción y manufactura para este caso, son determinantes, ya que el enfoque que enfatiza tal idea sobre la coexistencia entre arte y diseño, la percibo y la pretendo proyectar por medio del libro de artista, básicamente porque nos remiten en un mismo objeto, a caracteres que son comunes a ambas disciplinas; y por otro lado, considerando mi formación como grabador, lo que esto conlleva en la práctica del oficio, así como los caracteres propios de la gráfica en el uso de materiales y procedimientos, así también como los elementos formales de los que se sirve para comunicar sus ideas, que son en todo momento, por tradición, por estética y por la manera de conjugar sus elementos plásticos, comunes a los que el libro utiliza. El libro de artista es para este proyecto, el medio idóneo a mis necesidades expresivas y el objeto artístico y de diseño que se amolda a lo que en mi oficio como grabador, responde a una necesidad exploratoria. Aún cuando no detallo sino más adelante, en otra entrada para este blog, lo que es propiamente el libro de artista, me permito en este espacio y para concluir, citar que “Un otro libro tiene personalidad distinta a la de los otros miembros de la especie. Pero suele estar distante de su modelo original. Sus señas anárquicas principian con las fuerzas que lo generan. Es decir, sus autores” (2).

(1) Huerta, David. La doble memoria de Vicente Rojo, en Vicente Rojo-Diseño Gráfico. CONACULTA-ERA, México, 1990. Pág. 81.
(2) Renàn, Raúl. Los otros libros. Distintas opciones del trabajo editorial. UNAM. México, 1988. Págs. 13-14.