sábado, 2 de febrero de 2013

EL JEFE DE DEPARTAMENTO Y SUS PIT BULL



En febrero de 2010 fui promocionado al cargo de Jefe de Departamento de la Licenciatura en Diseño y Comunicación Visual de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán de la UNAM. Acepté por dos razones fundamentales: desarrollo personal y modificación de vicios y costumbres de la administración anterior. Si bien ya había laborado ahí desde el año 2000 como profesor y desde 1993 en otras instancias de la UNAM, el nuevo cargo fue un cambio radical en mi vida: inversión de tiempo completo, horarios cuadrangulares, responsabilidad y servicio directo a la gente. Las funciones otorgadas con el cargo implicaron, además de dar clases, consolidar un proyecto académico en común para la planta docente. Menudo problema: pues el intento de fractura de vicios y costumbres provocó molestias en cuanto mis acciones irrumpieron la puerta: ingreso de nuevo personal académico, recorte de horas para algunos profesores e implementación de un nuevo plan de desarrollo para la carrera.
     El problema más grande en la Universidad es y sigue siendo la incapacidad de los profesores para implicarse en un proyecto académico en común al margen de sus intereses económico-laborales: obtención de grados, disciplina en su puntualidad, actualización de conocimientos, incapacidad de solvencia didáctica, falta de experiencia profesional, conciencia del servicio y falta de humildad; todo ello sumamente notorio en su perfil, que por supuesto es notorio en un currículum raquítico, en un lenguaje deplorable en algunos (hablado y escrito), en arrogancias tontas amparadas por su antigüedad en la Universidad, en exposiciones de diseño de cuestionable calidad, en medallas de chocolate como: que fueron fundadores de la carrera, o que tienen tantas tesis asesoradas y que son sinodales en tales o cuales exámenes extraordinarios o en la absurda idea sobre la pugna entre artes visuales y diseño. 
     En otras funciones, fui invitado a gestionar, generar y participar en proyectos institucionales y con todo ello pude entender el organigrama de la Universidad, sus grandes fortalezas y sus grandes y penosas debilidades. De éstas últimas: los sindicatos, que al amparo de estatutos protegen a gente inútil; la falta constante de presupuesto, y la falta de solvencia académica por lo que ya mencioné arriba. De sus virtudes, que parece son más que las anteriores: su nobleza, su historia, su múltiple y abierta disposición al aprendizaje y gestión del conocimiento a través de la investigación, la producción y la cultura.
     ¿Qué falta? La ruta es inacabable. Siempre existe algo por delante. Sin embargo, empezar por uno mismo es el paso principal: lo que les dije a mis profesores desde que entré al cargo: participar y generar en importantes coloquios, congresos, mesas redondas, simposios, concursos, exposiciones, publicaciones, presentaciones, etc. es decir: compromiso real. Por lo tanto, estudiar una maestría o un doctorado aquí o en otro país, concursar en bienales nacionales e internacionales (no echando por delante a los alumnos y el profesor con el cuello erguido), hacer diseño (no nada más enseñándolo), fomentando una visión del Diseño superlativa: que vaya más allá de imprimir playeras, plumas y en hojas tamaño carta; más allá de la anteposición de la técnica como única y fundamental (que por  supuesto debe exigirse al máximo); más allá de la disposición de los recursos tecnológicos por sí mismos; aprendiendo a priorizar en tal crecimiento: los cursitos de dibujo, encuadernación y alebrijes (tomados o impartidos) no tienen sentido alguno si se tiene pendiente un proyecto de posgrado o el crecimiento profesional. Sobre todo tener siempre presente la responsabilidad de la educación como un mecanismo de transmisión de actitudes y valores, con el ejemplo por delante.

     De los proyectos que han aportado a un bien académico resaltan:

- La inclusión de más de 15 profesores de nuevo nombramiento al claustro, de un total de 45
- La creación institucional de un diseño de identidad de la carrera
- La creación del Taller infantil de Artes Plásticas
- El incremento de presupuesto anual al departamento a través de los recursos por resguardo del Taller Infantil de Artes Plásticas.
- La continuación del Ciclo anual de conferencias de diseño y comunicación visual
- La creación de una exposición colectiva con la comunidad de la carrera, denominada como Día Diseño.
- La participación de profesionales de Diseño mediante invitación a talleres, conferencias, ponencias y demás.
- La implementación de un Foro de exposición de proyectos de trabajos del Seminario de Investigación
- La publicación de una revista especializada de Arte y Diseño
- Una exposición colectiva de profesores
- La apertura de espacios inmuebles para su intervención directa
- La total y abierta apertura a propuestas académicas e institucionales de cualquier índole
- La promulgación de interactividad colectiva entre profesores y entre alumnos

     En 2013 se terminaron tales funciones. Una perspectiva más detallada y certera del organigrama de la Universidad y de la Facultad; un conocimiento más acertado de la naturaleza humana a través del trato con personas de múltiples actitudes y capacidades; mayor reconocimiento de lo que la disciplina del Diseño y las Artes Visuales cumplen en su función académica, profesional y social; la plena identificación y reafirmación de mis objetivos personales, académicos y profesionales (la visión de las cosas) y una mejor disposición al entendimiento de lo que implican las funciones académico-administrativas, las necesidades institucionales y gremiales es lo que me deja como experiencia tal cargo.
     El crecimiento de una institución y de los valores que contempla para ello va de la mano con una transformación permanente. Para quienes piensan tan sólo en sí mismos: las posturas unilaterales generan estancamiento y monotonía; y los beneficios, también unilaterales, no  propician crecimiento ni aportación alguna. El agua estancada huele mal y no permite ver claramente el fondo del sustrato.
     Agradezco sobremanera a la Universidad enriquecer con ese compromiso mis experiencias, y con tales favores a las personas que compartieron conmigo también las suyas: mis jefes, equipo de trabajo, profesores, alumnos, personal de intendencia y otros más. Agradezco sobre todo a quienes  en su momento estuvieron en total desacuerdo y contraposición conmigo de múltiples formas, pues no hay nada que temple mejor el espíritu que tratar con personas imposibles en posiciones de necedad, negligencia, incapacidad y falta de visión objetiva.