CORPOREIDAD EN TORNO A LA CARNE EN EL ARTE.
La representación del cuerpo humano fundamenta sus propósitos no solamente en el análisis anatómico del cuerpo y sus funciones motrices, sino en la introspección de sus funciones fisiológicas y en la ideología que se deriva del contexto histórico, social y religioso de determinada época y lugar. Para hablar de corporeidad es imprescindible concebir al cuerpo como un instrumento representacional, en donde la materia viva o inerte es motivo de simbolismo y de reafirmación de ideologías. Los tratados de anatomía del siglo XVI fueron los primeros en considerar al cuerpo humano como como motivo de estudio, tanto de sus funciones físicas que derivaban en instrocpecciones propias de la medicina y la anatomía, como en la sustentación de una ideología propia del escrutinio que deviene de la religión misma. Artistas como Da Vinci, Durero y Vesalius realizaron compendios sobre el análisis de las partes del cuerpo y sus funciones, determinando así y bajo una tarea que evidencia los inicios de la ciencia a través del estudio del cuerpo humano, una interpretación gráfica y estética que aún hoy en día mantiene vigencia en cuanto al impacto que resulta tanto por la manera en que se disectaban los cuerpos, como por la manera en que se representaban gráficamente. Así, carne y estética juntas son un aliciente para la generación de nuevos esquemas en torno a la representación simbólica del cuerpo; y la corporeidad en este sentido viene a ser tanto la manera en que la carne se puede concebir en múltiples contextos representacionales, como en la manera que el artista considera aisladamente que la carne representa un motivo de expresión, situación que no necesariamente significa unilateralmente motivos de discusión en la representación del cuerpo humano, sino en cualquier otro en donde la carne esté presente. Los elementos de los que dispone el arte para generar una "corporeidad representacional" están ligados inexorablemente a las necesidades expresivas e ideológicas que rodean al artista por un lado, y a la gran carga sibólica que existe en un contexto específico. Los libros o tratados de anatomía antiguos son en gran medida compendios también de la corporeidad que tenía el artista, porque nos hablan de la manera en que se concebía el cuerpo, el espacio y el tiempo, como un conglomerado perceptivo; recordemos que la imaginería se da en función de eso mismo: de la manera en que el hombre interpreta su mundo mediante imágenes y en cómo las utiliza directa o indirectamente para crear su espacio y tiempo específicos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario